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MÚSICA

Cigarettes after sex - Cry

28 marzo 2022

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La verdad es que tengo el gusto de conocer este grupo hace poco tiempo y de casualidad. Realmente me ha llamado la atención las canciones de este disco, escritas por Greg Gonzalez, que nos envuelven en melodías que coquetean, según la revista Pichfork, con un fondo «pop soñador ultra-deprimido». Suena raro, ¿verdad? Pero hay que escucharlo para saber que, en efecto es así y que el resultado es poderosamente genial. Y es que los amores de este disco son la clara imagen de los romances millennials donde las relaciones se establecen en lo efímero y lo inmediato: sin compromiso ni “para siempres”.

El ritmo pausado y melodioso ha llevado a algunos críticos a ver Cigarettes After Sex como un álbum plano, monótono. Sin embargo, yo creo que las 10 canciones de este album representan 10 oportunidades de sentirse identificado con una microhistoria que habla de amor.

Nacidos en El Paso, Texas, la banda homónima de este disco conserva reminiscencias de estilo de los EP pasados; las melodías están llenas de nostalgia, serenidad e intimidad que llegan al corazón. No es un disco para ponerse a bailar, tampoco es para ponerse extremo bebiéndose una botella de Whisky de golpe; es un disco para abrazar el dolor y aceptarlo como parte de uno mismo.

Cigarettes After Sex, el esperado regreso de la banda tejana que lidera González, es una interesante colección de cicatrices amorosas expresadas desde la misma sensación de frialdad, vacío y bloqueo por la que se caracteriza el desamor.

Un dreampop casi ambient, también definido como slowcore, ya que ninguna de sus canciones llega ni al medio tiempo. Pero, ¿acaso no es este el lenguaje del desamor cuando cae por su propio peso? Es cierto que en casi todas las historias de González son ellas quienes se van de su lado, pero es así como suena el fracaso sentimental, el amor imperfecto, cuando sabes que sí existe el que es verdadero.
Se entiende por John Wayne, la única canción en la que, curiosamente, usa la tercera persona. Después de contarnos experiencias propias de desamor, de falsas esperanzas y de chicas que se van, en este tema, de algún modo, justifica a un tercero en una actitud muy semejante a la que ha descrito sobre sí mismo durante todo el disco. “He’s in for a heartbreak if it’s all been blind faith / From my point of view / Baby, he’s got to be crazy / Living like he’s John Wayne / Always facing the world and chasing the girl (…) / He’s got so much in his heart / But he doesn’t know what to do / All he wants is her / Lying inside his room”, dice. Aunque también lo deja claro en Opera House: “If I abandoned love, I’d be a man without dreams”. 

Por lo general todo se reduce a un bajo, una batería lenta, una voz susurrante y melodías dulces para antes de dormir. Sinónimo de noches en solitario, en blanco y negro. Pero luego esa guitarra, líquida y goteante, aporta luz y paz: una esperanza aunque esté a lo lejos, como un oasis donde acaba la madrugada. También se repite constantemente la imagen de ella yéndose o habiéndose marchado ya.  Por no hablar de "Apocalypse", cuya letra entera huele a obsesión por ausencia.

Por suerte, el lenguaje no verbal de Cigarettes After Sex nos dice que, en realidad, está bien que se haya ido porque ella no era ella. Siguiendo el camino que traza la obsesión, hay algunos temas que no hablan de desamor sino de un amor que, aunque da miedo, ilusiona. O sea, todo amor al principio. Aparentemente es el sino de González: enamorarse una y mil veces, arriesgarlo todo una y otra vez, hasta que cada cosa falla. “It’s so sweet, knowing that you love me / And I will gladly break it, I will gladly break my heart for you”, dice en Sweet, una de las tres canciones que describen un tipo de amor furtivo y excitante. Un amor que parece no ser verdadero en Trully, curiosamente, y demasiado alocado y frenético en Young & Dumb. Frenético y alocado a la manera de Cigarettes After Sex, es decir: sin alterarse una pizca.

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