Herramientas

 

SERIES

Treme - Temporadas 1,2,3,4 y 5

2 febrero 2016

myegoo_wallpapertreme1600

Razones de peso para ver una de las mejores series de HBO:

1. La música. Es el primer motivo. Y no puede ser de otra forma. La serie tiene una selección musical exquisita. Desde el comienzo hasta el final es un fantástico recorrido por los sonidos que forman Nueva Orleáns, bajo la piedra angular del jazz, aunque en sus capítulos también se escucha mucho R&B, funk, folk, honky-tonk y hasta rock. Es una fiesta del ritmo. Es una gozada para los oídos. La premisa es difundir el maravilloso legado afroamericano de la música de Estados Unidos. 

2. Los cameos. Otro de sus grandes atractivos. Los creadores de la serie han sido hábiles y han jugado con un buen puñado de músicos para hacerlos aparecer en los capítulos con una gran naturalidad, a medida que se desarrolla la trama. Además, no son apariciones forzadas. Al contrario, podrían haberse producido algunos hechos tal y como suceden en la serie. Es el caso de Elvis Costello que se le ve en un bar empapándose de jazz para luego inspirarse en su nuevo trabajo. De hecho, Costello y el pianista Allen Toussaint aparecen juntos grabando ese disco fantástico que fue The River in Reverse (2006). También se ve a Dr. John, padre del R&B, o a Steve Earle y su hijo Justin haciendo ambos de cantantes. También el trompetista Kermit Ruffins que hace de sí mismo como un ciudadano de NOLA, feliz con sus barbacoas en casa y sus noches de jazz de garito. Otros que aparecen son Sammie Big Sam Williams, Cassandra Wilson o Troy Trombone Shorty Andrews.

3. El toque HBO. Calidad certificada. La cadena de televisión por cable de EE UU, propiedad de Time Warner, ha demostrado en los últimos años que la calidad no se puede sacrificar por la audiencia fácil o el producto barato. Los ejemplos son numerosos: Los Soprano, The Wire, El séquito… 

4. David Simon. El gran cerebro de todo esto. Si es trabajo de David Simon solo puede haber una palabra: sobresaliente. Simon se ha erigido como uno de los grandes hombres de la televisión estadounidense que vive su edad dorada. En la pequeña pantalla, el currículum de Simon es de matrícula de honor. Es el creador de The Corner, The Wire y Generation Kill. Ahora, añade Treme. Pocos tienen (incluidos los directores de cine de los últimos 30 años) su visión panorámica de la realidad estadounidense. Es un rastreador nato, bien sea para encontrar las miserias de la calle en Baltimore como para ilustrar la decadencia de la sociedad estadounidense. 

5. Los actores. Si el espectador ha visto The Wire, se sorprenderá y disfrutará del cambio de papeles de algunos de los actores protagonistas de la serie de las esquinas de Baltimore. Y comprobará algo que ya se demostró en The Wire: los actores son buenísimos. Un papel destacado tiene en este sentido el magnífico Wendell Pierce, que hacía de policía despreocupado y compañero de borracheras de McNulty en The Wire. En esta ocasión hace de Antonie Batiste, un trombotista vividor, separado y que sobrevive cómo puede tocando el instrumento en una ciudad que poco a poco recupera el pulso. También el estupendo Clarke Peters, que tras hacer de drogadicto en The Corner y de Lester, el poli bueno e inteligente en The Wire, interpreta a un jefe indio que ama su ciudad y el Mardi Gras (festival de NOLA). La más que solvente Khandi Alexander, que hacía de drogodependiente protagonista en The Corner, es aquí una mujer luchadora que busca a su hermano desaparecido. Dos actores que se incorporan a la plantilla de David Simon son el inigualable John Goodman y Melissa Leo. Ambos engrandecen la serie.

6. Criticas al turista. El turista es como un huracán que arrasa a su paso con el espíritu de las ciudades. Todos hemos sido alguna vez el típico turista que piensa que ya sabe todo de una ciudad o que se siente pronto identificado con tal aspecto cultural o que quiere conocer “todo” en apenas una semana en un lugar. ¿Pero quién puede sentir el verdadero palpito de una ciudad en un viaje de vacaciones? Treme critica todo esto de forma inteligente. Así, se ve al turista que muy listo y guay pide “algo auténtico” al músico de la calle y recurre a la canción más sobada de toda la historia de la ciudad. O a los turistas que viajan en un indecente autobús visitando las zonas catastróficas. El objetivo: hacer fotos a los pobres, a los desheredados y a esos indios que viven en la calle.

7. Aspecto humano de la tragedia. El desarraigo marca el desarrollo de la serie. De hecho, es la trama principal de Treme. Con estilo, con guante blanco, se puede ver cómo fueron la reconstrucción y los acontecimientos después de la tragedia que supuso el brutal paso del huracán Katrina. Las pérdidas fueron humanas pero también espirituales. Tambien se puede ver la violencia de Nueva Orleans, Los guionistas se cercioran de que las desgracias no vienen solas y asi ocurre en una ciudad devastada por un huracan y tiene que hacer frente diariamente a homicidios, rapinias y continuos saqueos. A los cientos de muertos se suman los que sobrevivieron, que perdieron una parte de sus vidas. A gente como Creighton Bernette (John Goodman) le robaron su alma. A otros les mandaron a cualquier parte, de forma chapucera y sin importar nada todo lo demás. “¿Pero hay negros en Nebraska?”, pregunta uno de los protagonistas cuando se entera que han mandado a una familia negra allí. El Katrina acabó con una parte esencial de NOLA. Pero, ¿hay fe? Tendrás que ver la serie.

8. Los indios y el Mardi Gras. Es una de las mejores temáticas de todas las tratadas. El papel de los indios nativos americanos en Nueva Orleáns es fundamental para entender la ciudad. El mosaico de vivencias y momentos que muestra Treme supone un acercamiento extraordinario a la realidad de Nueva Orleáns, donde de siempre han convivido dos poblaciones negras como la “criolla” y la “americana”. Los criollos de Lousiana provienen de la antigua mezcla cultural franco-colonial. No son, como los demás negros, descendientes de los esclavos liberados a fines de la guerra civil del norte contra el sur. Sus antecesores fueron libres mucho antes: los declararon así los ricos agricultores y comerciantes franceses con motivo de méritos especiales. Los negros “americanos” representaban al proletariado negro sin recursos, tan común en el sur estadounidense. Esa mezcla ofrece una riqueza cultural que no se tiene en otra parte del país. Lo instruido y cultivado de los criollos conviven con lo vital y espontáneo de los americanos. Hay un orgullo latente en la música de Nueva Orleáns. Ese ambiente fascinador, que mezcla Francia con Estados Unidos, tiene en el Mardi Gras, su famoso carnaval, su mayor expresión. Hay varios capitulos dedicados al gran carnaval.

Compartir en


Nuevo comentario